Elías y Matías (El espejo)

Esta es una nueva sección del blog donde dos personajes. Elías y Matías, reflexionan acerca de cualquier cosa. Elías es más bien alguien trascendental, filosófico, sensible...por otro lado Matías es un poco tosco, parco y con los pies en la tierra. El contraste de estos dos personajes nos puede llevar a la reflexión genuina de lo cotidiano o a la burla de lo que consideramos trascendental. O tal vez, simplemente pasar un buen rato leyendo a este par de locos. ¡Bienvenidos a la nueva sección!

ELIAS: Hola me llamo Elías
MATÍAS: ...Y yo Matías...
ELÍAS: Nos gusta decir monólogos...
MATÍAS: En este caso son diálogos, o monólogos de dos...
E: Bueno sí, es un diálogo, pero a veces me siento como diciendo un monólogo, porque Matías parece que no escucha o entiende lo que yo le explico. Y eso que trato de explicárselo de la forma más elaborada posible, con un lenguaje sencillo, detallado, pero no me entiende, y no estoy diciendo que sea bruto, es solo que a veces es demasiado literal.
M: Es verdad, yo creo que a veces eres un poco monólogo, mas mono que logo...
E: A ver, yo estoy hablando del lenguaje, del diálogo o de la ausencia del mismo, porque no hay un interlocutor válido y coherente, como tú...
M: Ya ves...bueno no te enojes. Tranquilízate, Y bueno...¿Cómo amaneciste hoy?
E: Bueno... a ver...¿sabes? Esta mañana me vi al espejo y no me reconocí.
M: Ah...¿Y eso? ¿Se dañó el espejo?
E: No. Digo, que...siento que he cambiado, por fuera y por dentro.
M: Si, pero ....¿Que tiene que ver el espejo?
E: Bueno, el espejo es como algo simbólico, es un espacio donde yo reflexiono, me evalúo y trato de sacar conclusiones, si he mejorado, si he logrado mis metas como ser humano.
M: Si...a mi no me gusta mucho usar el espejo porque me recuerda mi barriga. Y respecto a lo simbólico, pues bueno, el espejo no llega hasta allá, pero igual las bolas siguen allí, es decir, no necesito un espejo para saber que siguen allí...
E: ¡No estoy hablando de eso!
M: No, solo digo...es que...por ejemplo...a las mujeres les gustan los espejos grandes, verse de cuerpo entero, pienso que para evaluar su nivel de flacidez o cosas así...
E: ¡A ver Matías! ¡Eso no lo sabemos!
M: Bueno son suposiciones, claro que ellas sí son simbólicas en todo el sentido de la palabra.
E: ¡No estoy hablando de "esos" simbolismos!
M: A menos que se manden poner un par de bolas en el pecho y...
E: ¡Matías!
M: ....algunas exageran y se colocan no se que tipo de implante frutal, tipo sandía y...
E: Mira ...yo estoy hablando que el espejo es un lugar de reflexión.
M: Bueno, sí claro. El espejo refleja la luz, por aquello de que es un vidrio con algo pegado atrás, creo que es plata o aluminio.
E: Ay Dios...con usted no se puede...
M: '¿Qué pasó?
E: Que es un espacio o elemento que invita a evaluarnos.
M: Sí...las espinillas, en mi caso...y la barriga....también mirar que no haya pelos en exceso en la nariz.
E: Sí aparte de eso...
M: Claro, las lagañas...
E. Fuera de las lagañas, los pelos y las espinillas. Pienso que es el momento adecuado para reflexionar acerca de uno mismo.
M: Ese sería tu caso. Por ejemplo...a mí me gusta mas reflexionar cuando estoy cagando....
E: ¡Matías! ¡Oye más respeto, nos pueden estar leyendo los niños!
M: Perdón, perdón...cuando hago popis...es que me gusta reflexionar...cuando estoy en el punto cumbre, digamos....de mayor fuerza, me siento como...un ser humano débil y humillado, vil y despreciable...y luego, cuando miro mi obra de arte allí depositada, siento como cierto orgullo, satisfacción, es algo difícil de explicar.
E: Es respetable tu teoría. Todo filósofo puede llegar a esos momentos trascendentes en los momentos mas simples, coditianos, como en tu caso de la defecación.
M: ¿Cagando?
E: ¡Haciendo popó! Sí, o haciendo lo que sea....en fin...me refiero que cada persona puede aprovechar lo simple para trascender o aprender.
M: Por ejemplo...en la antigüedad... ¿Tú crees que este señor Platón...tendrá algo que ver su nombre con el lugar donde hacía popó? O sea, allí pudo obtener sus profundas reflexiones...
E: No..no...no...ese era su nombre y ya.
M: Bueno, uno nunca sabe...¿Pero a todas estas, para que reflexionar todo el tiempo? ¿Qué logra uno con eso?
E: Trascender
M: Y...
E: Crecer.
M: Y...
E: Ser mejor persona
M: ¿Por verse a un espejo?
E: No. Digamos, es aprovechar esos espacios para pensar un poco. La rutina, la ocupación, no dan mucho tiempo para pensar o evaluar nuestras vidas.
M: Claro...claro...aunque hay lugares que no lo dejan a uno reflexionar mucho. Por ejemplo, una vez entré a un baño de un cine y cuando me disponía a meditar escuché a una persona haciendo ruidos en el aposento contiguo...
E: ¿Qué clase de ruidos?
M: Pues...intestinales...
E: Ah, entiendo
M: Y yo, realmente quería, no sé porqué, pensar acerca de mi vida, de mi futuro y tenga...¡Un pedo!
E: ¡Gas!
M: Si, un gas...
E: Digo...que "gas"...¡qué hediondeces estás diciendo...
M: Bueno, bueno, para los niños entonces, un peito, una flatulencia, aunque no puedo decirles mentiras a los niños....¡fue una severa pedorrera!
E: Creo que nos desviamos del tema, no se que tiene que ver la mención de una "serie de flatulencias repetitivas" con nuestro discurso del espejo...
M: Sí, pues...no mucho...bueno...desde el lugar donde yo estaba sentado, alcancé a ver el espejo del lavamanos y por el reflejo alcancé a ver que el individuo a mi lado tenía unos zapatos rojos....
E: Creo que al menos la gente se ha llevado un buen mensaje, eso es lo importante.
M. ¡Sí, traten de no hacer popó en un lugar publico!
E. ¡No, eso no es!
M: Y mucho menos si no hay papel higiénico, no digo que me haya pasado, o sea lo digo como una sugerencia....
E: Bueno, ha sido suficiente por hoy.
M: Yo quería hablar más de eso, acerca de no sé...como llegar a trascender, con una bandeja paisa, o una buena ración de coliflor...pasar de lo gaseoso a lo sólido....y luego a lo líquido, digo...por aquello de los elementos, la esencia de nuestro ser...
E: Ajá....
M: Estoy hablando en serio, a mí me gusta la filosofía.
E: Creo que quieres es hablar de tus experiencias intestinales.
M: Pues es chistoso...¿No? Y así uno se va desahogando de esas cosas que uno lleva entre pecho y espalda.
E: Mas bien entre el vientre y la nalga.
M: ¿Si ves? ¡Tú tambien puedes ser chistoso!
E. jajajjaj....sí...ejem....¡disculpen!...bueno,...¡Ya! ¡Señor, me tengo que ir!
M: Listo don Elías, lo espero la próxima semana, para que reflexionemos con otro cafecito.
E. Bueno, lo espero, pero la próxima sea más serio.
M: Yo soy serio, es que usted es demasiado filosófico  y a la gente eso le da como pereza.
E. Ya veremos, ya veremos...hasta lueguito.
M. ¡Chao!

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